TÍTULO ORIGINAL: The Paperboy
DIRECCIÓN: Lee Daniels GUIÓN: Lee Daniels, Pete Dexter (basado en la novela
homónima del segundo) MÚSICA: Mario Grigorov FOTOGRAFÍA: Roberto Schaefer MONTAJE:
Joe Klotz REPARTO: Zac Efron, Matthew McConaughey, Nicole Kidman, John Cusack,
David Oyelowo, Scott Glenn
Pete Dexter tiene un bien ganado prestigio que en nuestro país se reducía
a su novela Paris Trout, que él mismo
se encargó de adaptar a la gran pantalla en 1991 para que fuese interpretada
por Dennis Hopper, Barbara Hershey y Ed Harris, hasta que Pedro Almodóvar
empezó a hablar de otra novela, también publicada en español, en términos muy
elogiosos, afirmando que le encantaría dirigirla y que estaba pensando en
adquirir los derechos; la cosa quedó ahí, aunque él volvía a expresar sus
deseos siempre que encontraba la ocasión y avanzaba algunas características de
lo que a priori iba a ser su primera experiencia en EEUU. Tras varios años sin
que la situación cambiase, se anunció que Paul Verhoeven iba a hacerse cargo
del proyecto, el cual quedó un tiempo parado hasta que se reactivó y llegó a su
conclusión cuando Lee Daniels ocupó el lugar detrás de la cámara que tanto
anhelaba el manchego, aunque se afirmó que ejercería como productor y
coguionista, tareas que no le aparecen atribuidas en los créditos y que Pedro
no parece interesado en atribuirse. Imaginar la película que Almodóvar hubiese
rodado puede ser un ejercicio sin solución, puesto que las ocasiones anteriores
en que ha partido de un texto ajeno ha hecho de su capa un sayo (como es su
norma), pero con motivaciones muy diferentes: él mismo reconoció que sólo tomó
el título y algunas situaciones de la novela de Ruth Rendell para Carne trémula (1997), uno de sus mayores
fiascos donde sólo el hilarante prólogo y las interpretaciones de Pepe Sancho,
Ángela Molina y Javier Bardem aportaban aire fresco; por otro lado, siendo más
fiel a lo escrito por Thierry Jonquet en su novela Tarántula, no pudo evitar salirse un tanto por la tangente
perdiendo lo inquietante, ominoso y claustrofóbico del texto original,
revelándose incapaz de jugar con la abracadabrante vuelta de tuerca que dejaba
al lector paralizado, reduciendo el personaje de Antonio Banderas a una especie
de robot, fallando palmariamente en la elección de la actriz protagonista (esa
Elena Anaya a la que no se citaba en las críticas ni para bien ni para mal, más
anodina que nunca, quien sin embargo obtuvo el Goya como mejor actriz del año),
dejando su La piel que habito (2011)
en una extraña tierra de nadie, sin brío ni emoción.
Centrándonos en lo que podemos juzgar, o sea en el resultado final, El chico del periódico llega hasta
nosotros después de que Lee Daniels fuese bendecido por Precious (2009), cinta que dinamitaba las múltiples virtudes de la novela
Push de Sapphire, tanto por el
absurdo y recargado guión de Geoffrey Flecther (¡Galardonado con el Oscar!) que
obviaba el sentido del humor, la sencillez y espontaneidad del original como por
el abigarramiento del estilo de Daniels, nada interesado en el dibujo de
personajes (aunque las actrices salvasen su parte), sólo preocupado por dejar
su sello en cada secuencia, ralentizando movimientos, forzando otros,
pretendiendo aportar nervio, tensión, velocidad, a lo que no lo necesitaba,
cayendo en la estética feísta sin sentido, exagerando y perdiendo todas las
esencias del texto, desconociendo el estilo documental o el naturalista para
quedarse en el rococó. Pero como ya sabemos los riesgos de que alguien se crea
autor (y para colmo así le aplaudan), cuando en realidad copia mal a verdaderos
creadores, Daniels sigue por el mismo camino para transformar lo que debería
ser una atmósfera opresiva, abrasadora, canicular, sudorosa, de pesadilla,
brumosa, a ratos onírica, deviene en algo grotesco e irreal por culpa de una
fotografía de grano grueso que distorsiona la visión, por exacerbar con la cámara
lo risible de determinadas situaciones que al no asentarse en lo real resultan
estrambóticas, desatinadas y repetitivas (si no hay sentido de la medida, si no
se trabajan sensaciones contrarias, todo es lo mismo y pierde su mordiente y la
ruptura que debe ocasionar en el ánimo del espectador).
Como en el anterior filme de Daniels, los actores siguen su propio
camino y salvan los muebles, aunque el ímprobo esfuerzo que realizan no sea
suficiente para solventar las carencias de dirección. Matthew McConaughey
parece estar viviendo una resurrección (eran muchos los que vaticinaban su
candidatura al Oscar, bien por Magic Mike
(2012), bien por Bernie (2011),
títulos que le han hecho merecedor de galardones y candidaturas), encontrándose
cómodo en roles en los que puede dar rienda suelta a su histrionismo, sabiendo
jugar sus bazas con soltura (aunque recordar que, en el inicio de su carrera,
hubo quien le comparó con Paul Newman sigue provocando escalofríos); John
Cusack vuelve a demostrar su efectividad a la hora de cruzar ciertos límites,
refrenando cuando conviene, dosificando con tiento; Scott Glenn sigue siendo
ese secundario espléndido al que parece cuesta reconocer (siempre que se habla
de la obra maestra conocida como El
silencio de los corderos (1991) es el gran olvidado); David Oyelowo
demuestra su inteligencia a la hora de esquivar todos los escollos que presenta
su personaje y equilibrar lo chocante para desterrar la zafiedad; Nicole
Kidman, experta en alardes interpretativos, capaz de romper su imagen distante
o fría cuando la ocasión lo requiere, se entrega como una leona, obviando la
vulgaridad y evitando el ridículo aunque la cámara de Daniels quiera explotar
ambos elementos, alternando tonos, yendo de lo más agudo a lo sensual sin caer
en lo caricaturesco; Zac Efron es la auténtica sorpresa de la película,
utilizando su cuerpo a la perfección para hacer creíble el personaje, aportando
las dosis necesarias de ingenuidad, es un joven que descubre el mundo sin
tiempo para procesar los sentimientos, centro de una vorágine que arrastra sin
remisión a propios y extraños, una verdadera lástima que este paso de gigante
en su carrera llegue en este filme.
Uno de los estrenos más esperados en EEUU el próximo otoño es The Butler, basada en la experiencia de
Eugene Allen como mayordomo de la Casa Blanca durante 34 años (atendió a ocho
presidentes); el reparto incluye a Forest Whitaker, John Cusack, James Marsden,
Robin Williams, Oprah Winfrey, Alex Pettyfer, Alan Rickman, Melissa Leo, Liev
Schreiber, Terrence Howard, Jesse Williams, Lenny Kravitz, Mariah Carey y las
maravillosas Jane Fonda y Vanessa Redgrave. Desde luego, es para que la boca se
haga agua y más, pero saber que la dirección y el guión corren a cargo de Lee
Daniels nos hace presagiar lo peor. ¡Ojalá tengamos que rectificar dentro de
unos meses!
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