lunes, 20 de febrero de 2017

ACTRICES NOMINADAS OSCAR 2016: MUCHO DONDE ELEGIR



   Mientras que, como ya se comentó hace poco, entre los actores candidatos al Oscar de este año hay poco motivo para la celebración y se antoja difícil escoger un favorito porque no se puede considerar como tal a quien, simplemente, te ha desagradado menos que el resto (excepto en el caso de Denzel Washington, una magnífica interpretación que merece aplausos y galardones), en el caso de las actrices ocurre todo lo contrario y con esa condición de preferidas, de opción para votar, de grandeza a recordar, de emociones transmitidas y grabadas en la memoria de espectador, con todos los parabienes del mundo uno concedería el triunfo a varias de las señoras que aparecen en las dos listas que detallaremos a continuación e, incluso, aunque alguna no resulte tan merecedora como el resto, no es culpa suya que su trabajo no logre brillar como debiera, sino de guiones y/o directores. Echando de menos a la esplendorosa Taraji P. Henson de Figuras ocultas (2016), las nominadas al Oscar de este año son:

INTERPRETACIÓN FEMENINA PROTAGONISTA

-ISABELLE HUPPERT POR ELLE:

  Una auténtica diosa de la pantalla, una intérprete irrepetible, alguien que pertenece a una categoría propia y que es imposible de imitar (no digamos de alcanzar), una mujer capaz de hacer brotar e instalar en el receptor con sumas facilidad y contención una catarata de sensaciones que sacude sin misericordia, llevando al espectador por recovecos e infiernos que no se atrevería a visitar si no la tuviese como cicerone, una actriz hecha de otra pasta que se imbuye del personaje, se lo adapta como si fuese una segunda piel, se funde con él, expresando las emociones (o anulándolas cuando conviene: su hieratismo debería ser de estudio obligatorio en escuelas y seminarios que dediquen su tiempo al arte interpretativo) con viveza, con crudeza, con una verosimilitud que apabulla, zahiere, duele, inquieta e hipnotiza. Cuando pudiera pensarse que, tras la muerte de Claude Chabrol, sólo Haneke haría justicia a su talento, llega Paul Verhoeven para demostrar que aún hay mucho por descubrir, alabar y glorificar en lo que a Isabelle Huppert se refiere.

-RUTH NEGGA POR LOVING:

  Única representante en los Oscar de un filme que hubiese merecido mayor reconocimiento, un prodigio cocinado a fuego lento, sin estridencias, sin tremendismos, con un tempo portentosamente medido, marcado en gran parte por la pareja protagonista (¡Ese Joel Edgerton al que han vuelto la espalda!), esos héroes a su pesar, esas personas que sólo querían que les dejasen vivir su amor, formar una familia, crear un hogar. La mirada de Ruth Negga es para enmarcar, lo dice todo sin hacerse notar, sus ojos gritan todas las palabras que su garganta ahoga, su mayor preocupación es molestar a los demás y provocar tantos quebraderos de cabeza a los suyos, querría ser invisible, trasluce un miedo inevitable aunque aprende a tenerlo a buen recaudo, soporta con estoicismo cualquier nuevo embate, se escuda en el endurecimiento que aporta el haber superado innumerables obstáculos y haberlos superado con la obstinación que imprime el hecho de saber que no se está haciendo nada malo (aunque las leyes sancionen lo contrario). Verla desaparecer al fondo del plano, llenar de contenido un silencio (o varios), ser el leitmotiv de la historia sin pretender destacar, asistir a su dolor calmado y a su alegría sosegada es uno de los regalos más mágicos que nos ha deparado la temporada cinematográfica.

-NATALIE PORTMAN POR JACKIE:

  Con un guión que no tuviese tantos complejos y prejuicios, con un director que se olvidase de sí mismo y no quisiese remarcar su presencia con encuadres que despistan y marean, con un montaje menos pretencioso y más a favor de la historia, Natalie Portman sería la gran favorita por su forma de mimetizarse con un icono, por recrear con acierto cadencias en el habla y movimientos sin caer en lo paródico ni tomar el camino fácil, consiguiendo ser una reproducción fidedigna y verosímil de Jacqueline Kennedy cuando hay muy poco parecido entre ambas (no más de dos o tres mohines).

-EMMA STONE POR LA LA LAND:

  Que nadie cometa el error (e incluso la injusticia) de pensar (o proclamar) que Emma Stone sigue el camino de Jennifer Lawrence o Brie Larson (por no irnos más atrás), actrices galardonadas como valores emergentes que en poco tiempo cosechan un prestigio desmesurado y que no demuestran (al menos de momento, sobre todo la segunda, a la espera de próximos estrenos que continúen su carrera), nombres a los que podríamos sumar los de aquellas para las que el Oscar ha supuesto una maldición (Reese Withersponn sería uno de los mejores ejemplos). Emma Stone lleva dando buena cuenta en los últimos años de una versatilidad que parece no tener límites, madurando como intérprete a pasos agigantados, desplegando todo su encanto en La La Land, derrochando carisma, evocando a toda una Shirley MacLaine sin pretender imitarla, logrando una de las secuencias más estremecedoras y emocionantes de la temporada, obteniendo la estatuilla que parece tener destinada con un trabajo abracadabrante y espectacular, como corresponde a la heroína (o todo lo contrario) de un musical.

-MERYL STREEP POR FLORENCE FOSTER JENKINS:

  Meryl Streep sigue haciendo historia en lo que a nominaciones al Oscar se refiere, confirmándose una vez más su amplitud de registros, su magnificencia interpretativa, su permanente investigación, su no dormirse en los laureles. En esta ocasión, con la complicidad de un estupendo Simon Helberg, vuelve a dejar claro su poderío vocal (no hay acento o nota que se le ponga por delante), se toma la comedia muy en serio para matarnos de risa con la dosis justa de patetismo y ridiculez.  

INTERPRETACIÓN FEMENINA SECUNDARIA

-VIOLA DAVIS POR FENCES:

   Actriz todoterreno, ganó un Tony por el personaje que, si las quinielas no fallan, le proporcionará por fin un Oscar, algo que se viene fraguando (y deseando) desde que La duda (2008) la sacó del inmerecido anonimato (excepto para los espectadores asiduos de Broadway) en que vivía, a pesar de asomarse con asiduidad a la gran y sobre todo a la pequeña pantalla. Su fuerza, sus lágrimas, su sonrisa, sus manos, su furia, su desbordante humanidad, todo lo que hace y consigue en Fences cala muy hondo y se queda para siempre en el corazón y la memoria del espectador.

-NAOMIE HARRIS POR MOONLIGHT:

  Con tres o cuatro apariciones, Naomie Harris vuelve a demostrar aquello de que no hay papel pequeño porque aprovecha cada una para impactarnos, consiguiendo que su sombra sobrevuele por el resto del metraje, madre amenazante que exprime en todos los sentidos a su vástago, pero a la que resulta imposible dar la espalda, haciéndonos pasar del horror a la compasión en apenas unos segundos, sin justificar su conducta pero sin condenarla grotescamente ni con maniqueísmos o suficiencia. Un trabajo muy equilibrado y preciso que, sin golpes bajos, consigue conmover y provoca algún que otro temblor.

-NICOLE KIDMAN POR LION:

  Es un gustazo reencontrarse con la mejor Kidman, una lástima que el guión de la película considere su personaje prescindible y le hurte minutos en pantalla que aportarían intensidad y emoción a la descafeinada y decepcionante segunda parte de Lion. Aun así, sólo necesita unas cuantas frases, una voz que se quiebra, unos ojos rebosantes de lágrimas, una mano temblorosa para calarnos muy hondo.

-OCTAVIA SPENCER POR FIGURAS OCULTAS:

   Con la sencillez que la caracteriza y apoyada en un libreto escrito sin pudor ni preocupación por las voces críticas, con un dibujo muy medido de los personajes, Octavia Spencer vuelve a cautivar con su sonrisa, su constancia, su enfrentar obstáculos sin darse importancia, dotando de corazón a una película que, en sí misma, lo tiene muy ancho y latiendo.

-MICHELLE WILLIAMS POR MANCHESTER FRENTE AL MAR:

   Aunque las ellipsis estén jugadas y manejadas con intención y sabiduría en general, el personaje de Michelle Williams no ocupa el tiempo que debería de un metraje un tanto desproporcionado, por más que el ritmo sea el adecuado (el que el cineasta quiere) para contar la historia de la manera en que se hace. Pero como la actriz es experta en sacar todo el jugo a intervenciones breves -recuérdese Brokeback Mountain (2005)-, sólo precisa de una secuencia para ponernos el pelo de punta y estremecernos con un dolor enquistado imposible de extirpar.

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